Tu opinión me la pela, siento que te enteres así.

Sé que todo el mundo debería tener derecho
a decir lo que se le pasa por el estrecho,
a quedarse desahogado y satisfecho,
a acumular opinión hasta llegar al techo,

pero es que tu palabra no la necesito,
yo estaba con mis cosillas tan tranquilito
y como el kilo de opinión está muy baratito,
me cuentas milongas que me importan un pito.

Me dices, por ejemplo:
“Eso yo lo hubiera hecho de otra manera un poquito distinta…”

Tu opinión me la pela, siento que te enteres así.

Hoy todo el mundo te comenta como si supiera,
y te viene a dar la murga cualquier cualquiera,
te corrige la dicción, te arregla la gotera,
quieras o no quieras.

¿Qué habré hecho ‘pa’ ganarme tantas atenciones,
tú no te cortes en compartir tus impresiones,
tus consejos seguirán 8 generaciones
serán todos una panda de tocaco…

Me dices, por ejemplo,
que te gusta como soy, siempre y cuando cambie algunas cosas…

Tu opinión me la pela, siento que te enteres así.

Me dices por ejemplo
que un matiz en la forma de decir aquello que dije podría interpretarse de tal forma que llegase algún día a ofender a una persona de esta u otra dimensión…

Tu opinión me la pela, siento que te enteres así.