Por fin esta canción de adiós
se asoma por el ventanal,
no hay siempre que dure jamás
y ha llegado el final,
quizá sea lo mejor.

Habrá que salir a bailar,
invitar a un trago al dolor
y habrá que aprender a llorar,
a mí se me da mal,
ya lo sabes amor.

Nunca me han ‘entusiasmao’ las despedidas
así que me voy a retirar a la francesa,
dejo mi juego de llaves en la mesa
y en el frigo un tupper con mi pena herida.

Llenaré mi morral con el recuerdo de nuestro abrazo,
luciré con orgullo los puntos de esta cicatriz,
que el amor se nos cure y que vuelvan a hacerlo pedazos,
que el camino te resulte dulce y que seas feliz.

Pensar en lo que pudo ser,
será difícil de evitar,
lo que no pudimos poder
quedará en el ayer,
entre mil ojalás.

Barreremos cada uno ‘pa’ su casa
y quizá aprenderemos cuatro cosas nuevas,
no se borrará tu olor por más que llueva,
que el amor que deja huella no fracasa.

Llenaré mi morral con el recuerdo de nuestro abrazo,
luciré con orgullo los puntos de esta cicatriz,
que el amor se nos cure y que vuelvan a hacerlo pedazos,
que el camino te resulte dulce y que seas feliz.